En Colombia, cuatro de cada 10 ciudadanos son víctimas de fraudes digitales. Para los delincuentes la ciberseguridad es un gran mercado para cometer sus fraudes. Hace justo una semana, un grupo esporádico de hackers logró vulnerar más de 30 empresas del sector público-privado en Colombia.
Para la industria Insurtech concentrarse en cerrar estas brechas es oportuno. La economía digital necesita una mayor seguridad informática. Si bien, no se puede eliminar el riesgo, poder mitigarlo si es un asunto clave.
Se espera que para el año 2040 el 95% de las transacciones se haga de manera digital. Para las nuevas generaciones es impensable ir a un banco con sucursal presencial, y las tendencias arrojan que la experiencia del cliente final se centrará en plataformas en la nube.
¿Pero qué pasa si el índice de peligrosidad digital aumenta? Los marcos regulatorios tendrán que fortalecerse, pero paradójicamente esto evitaría la innovación. Una empresa abierta desde el momento de su registro es susceptible de ser sancionada y hay un temor enorme a ser emprendedores en la medida que la incertidumbre juega un papel crucial en este Déjà vu.
Mientras tanto, empresas nuevas, pujantes y vanguardistas parecen tener la solución con mecanismos de protección a fraudes en línea. La odisea se presenta cuando no son claras las puertas o las acciones que deben tomar las aseguradoras. Para lograr un entendimiento entre la coyuntura de: implementación Vs. transformación digital de un sector que ha sido caracterizado por su tradicionalismo es necesario la gestión del cambio.
En estos términos si la industria del cine (renta de películas) evolucionó; y si la industria del transporte, hospitalidad y retail se digitalizaron. Por consecuente, se espera una rápida acción del mercado asegurador en pro a sus servicios.
Por ello es importante no entrar en ningún tipo de controversia, ya que el mercado asegurador no tendría tanto riesgo en contraste a otros sectores que fueron devorados por la disrupción creativa. Pero si lograrían prestar un servicio ideal a una ciudadanía que lo necesita.
El reto es lograr convencer al cliente final acerca del beneficio del seguro. Embebido u obligatorio no resulta muy sexy para el usuario final.
-“Un servicio necesario sí, pero no codiciado”.
Si el mundo se dirigiera hacia el umbral de las metodologías ágiles, tan solo bajo el aspecto de la educación, bajo ese marco las empresas Insurtech serían el as bajo la manga de la ruta de transformación digital del mundo asegurador, por consiguiente, hasta que no haya una simbiosis entre ambas industrias la inseguridad no se podrá mitigar del todo.
No estamos lejos de recuperar la seguridad, pero tampoco cerca. El desafío es más vigente que nunca y lograr controlarlo requerirá de normas estrictas que permitan la abstención del rubro fraudulento y desafiante, que debe encontrar muros y barreras que eviten hacer sus fechorías y proteger al público del común.
